92 años. Es por lo menos, la cuarta generación de mujeres parteras en su familia. Ninguna de sus 19 hijos/as quiso continuar con la tradición. Su primer parto lo realizó a los 14 años, desde entonces, ha atendido a 2208 mujeres sin que ninguna de ellas haya muerto. Sus relatos generan la reflexión en torno a la ruptura entre generaciones de vida y visiones de mundo.
Ella nombra a cada una de las parteras de su provincia ya fallecidas. Ella es la última y con 83 años de dignidad, refiere que si las leyes se lo permitiesen, todavía hoy atendería partos. Oriunda de Esparza, Rosa escenifica la extinción de la partería y de una forma de vida.
Las infinitas arrugas de su cara y los párpados caídos de sus ciegos ojos, escenifican el declive, decadencia y la inminente desaparición de las huellas del oficio más antiguo de la humanidad. Con 92 años y una brillante memoria, Santos describe el uso de las plantas, los ungüentos y los sobijos. Los paisajes de su caserío, nos remiten a la Costa Rica de los caminos y trilleros. Doña Santos falleció en marzo del 2013, un mes después de haberla entrevistado. Está enterrada en el Cementerio de Silencio, comunidad de Guatuso.
Ella es la partera de San Juanillo, Guanacaste, 83 años. Líder de diferentes movimientos sociales en su comunidad, nos presenta a la partera como uno de los personajes de mayor importancia en las comunidades. Sus reflexiones y su autocrítica en torno a las prácticas que desarrollaban, ilustran la tensión de las creencias ancestrales y los rituales mágicos, en contraposición con la racionalidad médica.
Ella ha atendido a 505 mujeres en labor de parto. . Oriunda de Aguas Zarcas de San Carlos, sus 83 años de experiencia le permiten describir la distancia entre el pasado y el presente. Esta agricultora orgánica, ordeña cada mañana a mano 4 vacas. Desde su huerto, denuncia la medicalización de la vida y proclama la importancia de un aire limpio y de un agua limpia para vivir un embarazos y partos saludables.